viernes, 16 de julio de 2010

Historia de la escultura
Los arqueólogos demuestran que el arte escultórico precedió a la arquitectura propiamente dicha, y que tiene su origen en las edades arqueolíticas, a partir de la tendencia humana a imitar, en volumen, las formas de la naturaleza. Para conservar una coherecia temporal con el desarrollo de la humanidad, podemos clasificar la escultura en dos periodos: Escultura Prehistórica y Escultura Protohisórica



Escultura prehistórica
Las primeras esculturas prehistóricas europeas se remontan al periodo auriñaciense del paleolítico superior y son figuras femeninas, y algunas representaciones de animales, talladas con mucha precisión.
Astas de reno con grabados; bastones de mando, descubiertos en Bélgica, Suiza, Austria, Francia, Polonia y España; idolillos de cobre y bronce, encontrados en estaciones prehistóricas de España y de otros países; modelados de bisontes y caballos en Francia, tallas de caballos, etcétera. Se trata de un arte realista, admirable en exactitud unas veces y rudo otras; pero de bastante sentimiento. Entre sus exponentes hallamos:

- Escultura Egipcia
-Escultura Caldea
-Escultura Asiria
- Escultura Medopersa
-Escultura Fenicia
-Escultura India
- Escultura Americana

Escultura Egipcia
La Edad del bronce marca el nacimiento de los estados mesopotámico y egipcio, los cuales desarrollaron de manera extraordinaria la estatuaria y el bajorrelieve.
Se conservan millares de estatuas y de bajorrelieves en madera, marfil, bronce, barro cocido y piedra. Los tamaños varían, desde los colosos de Memnón, que miden veinte metros hasta un centímetro que tienen algunas figurillas.

Escultura Caldea
Formas robustas, célebres son las estatuas de Gudea y Ur-bau y la Estela de los buitres, del Museo del Louvre.

Escultura Asiria
Parca en estatuas. Bajorrelieves de Teglatfalsar I (Siglo XII a.C.) y Asurbanipal II (S. VII).

Escultura Medopersa
Formas y procedimientos asirios, con mayor atildamiento. Es de gran interés el Friso de los arqueros, del palacio de Susa (azulejo en relieve), hoy en el Louvre.

Escultura Fenicia
En este grupo entran numerosas y variadas obras de los pueblos fenicios, libios, sardos, tirrenos, pelasgos, heteos y chipriotas. Rigidez arcaica y falta de naturalidad.

Escultura India
Figuras monstruosas, simbolismo extraño, pesadez y profusión, abrumando la parte arquitectónica.

Escultura Americana
Remotas semejanzas egipcias, asirias e indias. Las obras de arte aimara-quechua son sencillas, desprovistas de adornos y realistas; las de hua-maya se distinguen por su exuberancia ornamental y simbólica, que llega al barroquismo. Es famoso el Templo de la Cruz, de Palenque.

Escultura en chile



Hasta aproximadamente fines del siglo XVIII se puede apreciar que las manifestaciones artísticas y culturales en Chile y en el resto de Latinoamérica habían estado claramente determinadas por la visión de mundo y concepción integral del hombre propias del pensamiento colonial: esto es, con un notorio sentido religioso que subordinaba de una manera fundamental todas las actividades humanas.
Sin embargo, un acelerado proceso de sincretismo hispanoamericano, unido a una importante corriente artística creciente, el retrato civil, se perfilan como antecedentes de lo que sería el arte del siglo XIX o republicano, cuando se produce un marcado giro en el eje conceptual del artista, resultado de un nuevo contexto histórico definido por los procesos de independencia de las colonias americanas.
Decisivo rol jugaron en estos cambios las ideas de la Ilustración que llegaron a los americanos, trayendo consigo un marcado sello laico que poco a poco fue reemplazando a la preponderancia religiosa y que jugó, finalmente, un papel fundamental en la más importante idea republicana: la exaltación de los valores de la República como nueva forma de gobierno que reemplazaba a la caduca monarquía.
Estas ideas, heredadas de los pensadores contemporáneos a la Revolución Francesa, permitieron, junto a otras condiciones históricas, la independencia de las colonias americanas y, una vez concretados estos procesos, sirvieron de aparato conceptual para la aparición de un arte nuevo.

Antecedentes extranjeros en la escultura chilena

Junto con la Independencia de Chile, los primeros gobernantes tuvieron especial dedicación en exaltar los nacientes valores patrióticos de la República. Pero como no existían artistas nacionales destacados a los que se pudiesen encargar esculturas, se recurrió a la importación de monumentos o a invitar al país a escultores foráneos para que produjeran según las indicaciones del gobierno de turno.
El primer monumento que llegó a Chile, después de consolidada la Independencia. corresponde a un conjunto de inspiración griega clásica, comprado por el diplomático chileno Javier Pérez Rosales al escultor italiano Francisco Orsolino. Representa a la diosa Minerva que entrega la libertad a América simbolizada por un indígena. En la base aparecen unos caimanes que lanzan agua por el hocico y un dios desnudo que simboliza al río Orinoco. El pedestal tiene cuatro relieves que recuerdan a Simón Bolívar, la batalla de Ayacucho, la salida de la Escuadra Libertadora de Valparaíso, y la entrada de tropas chileno-argentinas a Lima.

El conjunto es de típico estilo Romántico, en el que se entrecruzan la concepción formal clásica con lo exótico y fantástico de la realidad americana, que tanto atraía a los románticos. Actualmente se encuentra en la Plaza de Armas de Santiago.
A diferencia de esta escultura romántica, se pueden destacar otras dos que representan, con carácter eminentemente clásico, valores propiamente patrióticos y civiles. Una de ellas es el monumento a Bernardo O'Higgins sobre su corcel y pertenece al escultor francés Carrier Belleuse, maestro del famoso escultor Rodín. Esta obra proviene de un proyecto original de Leonardo da Vinci para una estatua ecuestre de Trivulzio, diseño que incluía, también, la figura que está bajo el caballo y que despertó polémica con los españoles residentes. Es de un estilo clásico muy bien logrado, con volúmenes que aumentan la expresión y el dinamismo propios del carácter patriótico. Hoy se encuentra ubicada en el Altar de la Patria, en la plaza Bulnes de la capital.

También de Belleuse es la estatua denominada Víctimas, ubicada en el Congreso Nacional, y que representa el horroroso incendio de la iglesia de la Compañía de 1963. Está tallada en mármol y la remata una virgen como símbolo de piedad.
También se puede mencionar, a modo de ejemplo y de anécdota, el monumento a los héroes del Combate Naval de Iquique. Queriendo destacar este acontecimiento histórico, el gobierno chileno llamó a concurso internacional. Por primera vez se tomó en consideración la opinión pública en debates sobre la iniciativa, en la que todos se sentían de una u otra manera comprometidos.

Entre los artistas que enviaron maquetas a este concurso se encontraba Augusto Rodín, el célebre escultor francés. Su obra, fuertemente expresiva, representaba a Arturo Prat desnudo, quien, herido por la emoción, prefiere un grito desgarrador al ser cogido por el ángel de la gloria.
Según los criterios artísticos preponderantes de la época, la obra de Rodín era excesivamente audaz para los gustos oficiales, por lo que se declaró como ganadora del concurso a la del escultor, también Francés, Denis Pierre Puech.
El enojo de Rodín fue tal que nunca más quiso saber ni de artistas ni de delegaciones que viajaran de Chile a París. La maqueta de Rodín esta ubicada en la avenida Libertad de Viña del Mar y es, artísticamente, muy superior al monumento a Prat que en la actualidad se alza en la plaza Sotomayor de Valparaíso.

Para el historiador del arte Víctor Carvacho, el mejor monumento realizado por un extranjero y que se encuentra actualmente en Chile, es el del General Manuel Bulnes, ubicado en Santiago en la Alameda frente al Ministerio de Defensa. Su autor es el escultor valenciano Mariano Benlliure, quien concibió al prócer, plásticamente, de manera libre y suelta, cabalgando con movimientos naturales y dinámicos, sin el modelo retórico y banal tan recurrente en este tipo de escultura y que responde más a criterios teatrales que a plásticos. Finalmente, fue el escultor chileno Virginio Arias quien terminó este monumento.
Es necesario mencionar que en numerosos lugares de Santiago y otras ciudades chilenas existen obras escultóricas que provienen de autores extranjeros y que han sido donadas a las diferentes comunidades por gobiernos amigos.

Entre estas obras se pueden señalar la Fuente de calle Agustinas frente al Teatro Municipal; el monumento a Pedro de Valdivia, ubicado en una esquina de la Plaza de Armas; la Fuente Alemana del parque Forestal, donada por Alemania con motivo del centenario de nuestra independencia; el Discóbolo, situado frente al Estadio Nacional y que fue donado por la colonia griega residente; la Virgen del cerro San Cristóbal, el Cristo de la Universidad Católica de Chile, en su casa central, y la Pila del Ganso, que se encuentra en Alameda con General Velásquez.
Una vez que Chile dejó atrás los momentos de anarquía propios de su proceso de independencia y se consolidaba como república, con instituciones más o menos estables, necesitó encontrar los medios para llevar a cabo su proyecto como nación autónoma, forjadora de su propio destino.

En el caso del arte, se dejó de lado la influencia religiosa tan propia de la Colonia y se buscó una relación directa entre las manifestaciones artísticas y la exaltación del país con los valores propios del patriotismo, de ferviente optimismo en esa época. Sin embargo, se produjo una paradoja: Chile necesitó recurrir a artistas extranjeros para plasmar sus ideales nacionalistas ante la ausencia de artistas chilenos con formación sólida.
Fue por esta necesidad, la de crear un ethos cultural que, en 1849, se creó en Chile la Academia de Pintura, dirigida por el artista italiano Alejandro Cicarelli. Luego, en 1850, se creó un curso de arquitectura, que tuvo como director al francés Brunet Debaines y, recién en 1854, se fundó la Escuela de Escultura, dirigida en un comienzo por el escultor, también francés, Augusto Francois. Dicha escuela tuvo un marcado sello academicista en su enseñanza, que, sin embargo, no significó limitaciones para que sus alumnos expresaran en las creaciones sus características personales.

Entre los ramos que impartía el curso de escultura, se pueden encontrar el dibujo de grabados, el de relieves y esculturas, y el de modelos vivos. Junto a esos, se enseñaba modelado en greda y tallado en yeso, mientras que la talla directa en piedra sólo se practicaba en los cursos terminales.
Además de estas cátedras, se entregaban otras materias de formación general, entre las que se encontraban historia, mitología, filosofía, literatura y ramos teóricos de arquitectura.

En la escuela se organizaban, cada cierto tiempo, concursos entre sus alumnos, otorgándose premios y distinciones a los ganadores, consistentes en pequeños estímulos monetarios, lo que sería más tarde el origen de las becas de estudios en Europa que entregaría el gobierno para los escultores más destacados. La mayoría de los escultores de la primera generación del curso disfrutó de este beneficio.
Su director, el escultor francés Augusto Francois, no sólo se dedicó a la enseñanza, sino que dejó varias obras, entre las que destaca la del Abate Molina que en 1861 se instaló en la Alameda, pero en 1927 fue donada a la ciudad de Talca.
En 1859 la Escuela de Escultura fue traspasada a la Universidad de Chile, donde fue anexada a la Escuela de Pintura. De esta manera, la Escuela de Escultura pasó a llamarse curso de Estatuaria y Escultura Ornamental, dirigida por el misino Francois hasta 1872. La larga permanencia de este artista francés influyó grandemente en los alumnos de las primeras generaciones, los que siguieron su estilo más o menos clásico.

Los primeros escultores chilenosEntre los primeros escultores que formó la Academia de Escultura y que conforman lo que se podría llamar la primera generación, se destacan principalmente los dos con mayor talento del grupo: José Miguel Blanco y Nicanor Plaza. Ambos tienen un estilo en el que se conjugan la línea neoclásica del maestro Augusto Francois y el realismo francés del siglo XIX. Tanto Blanco como Plaza fueron los primeros escultores que se distinguieron en su quehacer, por lo que suelen reconocerse como los forjadores de la escultura nacional.

Escultura indigena



Atacameños
Desarrollo de la metalurgia
Un sinnúmero de ornamentos en cobre y estaño, así como estatuillas ceremoniales, configuraron parte del trabajo en metales, pero lo más destacado fueron unos vasos de oro repujados y trabajados por expertos artesanos que corresponderían a la influencia que los atacameños recibieron de la Cultura de Tiahuanaco, su finalidad era eminentemente ceremonial... los llamaban Keros.

Isla de Pascua.
Poco antes de llegar a un pakaopa o terraza en la isla, se ve un pilar de lava roja todavía de pie, alrededor del cual se habían apilado bloques de roca, mostrando sobre la pared sur los rasgos rudimentarios de una cabeza gravada en bajorrelieve. También se encuentran los moños o tocados de las estatuas de pakaopa, que, en la época en la que se tumbaron las estatuas, rodaron hasta este lugar.
Consisten en cilindros de lava roja ahora parcialmente hundidos en el suelo. Originariamente debían por simple equilibrio, mantenerse derechas sobre las cabezas de las esculturas, por demás generalmente planas. Estos cilindros tienen una altura de setenta a ochenta centímetros con un diámetro de cincuenta a sesenta centímetros. El pakaopa está construido sobre un pequeño promontorio de escasa altura, al piel del cual van a romperse las olas.

Hoy en ruinas, esta terraza debía presentar originariamente una primera plataforma de cincuenta metros de alto con doscientos metros de largo y diez de ancho; los lados estaban inclinados y construidos en losas talladas sin mucho arte.
El interior, lleno de fragmentos de rocas, y en la parte superior se había construido una segunda terraza de cinco metros de largo, un metro setenta de alto y un metro cincuenta de ancho, construida de grandes losas colocadas lado a lado; en su parte inferior, tenían una ranura en la cual venía a quedar empotrada una cornisa esculpida, formada igualmente de lava roja de un metro cuarenta de largo con setenta centímetros de alto, cuya cara perfectamente lisa tenía un bajorrelieve de figuras muy delicadamente esculpidas.
Pese al estado de deterioro de esas ruinas, sobre una de ellas se distingue claramente la representación de cabezas de muertos. La cara de la cornisa, por el lado del mar, no presenta ninguna traza de figuras. Las estatuas se alzaban en el espacio comprendido entre ambas plataformas.

El interior de esta terraza encerraba cámaras sepulcrales de muy grandes dimensiones, hechas de losas planas dispuestas unas sobre otras, de tal forma que las de la cumbre cerraban herméticamente el sarcófago.
Las cámaras miden en media dos metros de largo con ochenta centímetros de ancho; gran número de cadáveres parecen haber sido dispuestos sin orden regular.
Estas sepulturas son antiguas. Hoy los insulares aprovechan todos los emplazamientos que encuentran para sepultar a sus muertos, depositándolos tanto bajo las estatuas tumbadas como en los pakaopa, contentándose después de levantar algunas piedras para obtener una cavidad.
Colocadas sobre la terraza inferior, la más larga, las esculturas tenían la cara hacia el lado de la terraza superior; esta posición, sin embargo, no era general en todas las terrazas, pues vimos otras en las que las estatuas tenían la cara en disposición contraria, esto es, mirando hacia el interior de la isla.

De trabajo más rudimentario que las de los cráteres, muestran solamente la curva de la frente y los contornos de la nariz. El lugar de los ojos se marca por dos hendiduras bajo la frente. Unas líneas concéntricas y paralelas simulan una especie de tatuaje.
Su forma general es lisa; por demás, están talladas en una roca, distinta de las de los volcanes. Esta roca consiste en una ceniza volcánica compacta, en medio de la cual hay, aglutinadas, porciones de lavas y de grava. Extremadamente alargada de forma, tuvo que ser trabajada a poca distancia de las terrazas. Es de formación relativamente reciente.
A la derecha de este pakaopa se ve una estatua tumbada del mismo tipo y misma roca que las del cráter de Roronoraka. Sobre la cumbre de la terraza se observan pequeños montículos de piedra.
Las plataformas, los túmulos, los lugares elevados están cubiertos de ellos y ofrecen el imponente espectáculo de un ejército de hombres agachados. Todos estos restos abundan sobre esta costa sur, cada punta que avanza sobre el mar soporta pakaopas.
Bajo las esculturas hoy tumbadas, con la cara reposando sobre el borde superior de la terraza, dos cadáveres apenas envueltos en esterillas atadas a las dos extremidades habían sido dispuestos en el espacio dejado vacío bajo las estatuas. Este espacio se había cerrado por un muro en piedras cortadas.

Independientemente de los monumentos descritos, se encuentran en la Isla de Pascua objetos de gran interés: como las tablillas de madera, o los bastones ya mencionados por los viajeros, y sobre los que hay grabados notables jeroglíficos.
Muchos ejemplares de esos grabados, hoy de una excesiva rareza, se conservan en el museo de Santiago.
Las pocas "maderas parlantes" que todavía se encuentran, sirven a los naturales para enrollar las cuerdas que utilizan en sus aparejos de pesca o sus redes; por esa utilización se conservan.
Muchos insulares portan pequeñas estatuillas generalmente talladas en la madera de una especie de mimosa muy común en la isla; lo que prueba el apego que tienen a ellas, es que no pueden sin pena cambiarlas por tabaco.
Estas estatuillas son masculinas y femeninas. Los Kanakas las conservan envueltas en pequeños sacos de tela o de algodón; algunos se adornan de collares y de una enorme cabellera cuidadosamente trenzada.
Se encuentran también esculturas en piedra, reproducciones exactas en pequeño, generalmente, de las esculturas de los cráteres.
los Kanakas poseen igualmente adornos en formas de creciente, especie de alzacuellos que portan sobre el estómago, de uso indeterminado.
A poca distancia de Mataveri, existe un pequeño pakaopa que sostenía unas estatuas apenas comenzadas. Aquí, como en Opulu, se trataba de un trabajo más fino; de este lugar la Flore cogió la cabeza en 1872, cabeza hoy depositada en las ricas galerías antropológicas del Museo de París.
Otra terraza sin estatuas se ve en los alrededores del embarcadero de Hanga-Piko.

Mapuches
El tallado en madera es una de las manifestaciones artesanales con mucha tradición en la zona mapuche, con esta técnica se hicieron los utensilios los antiguos habitantes de estas tierras, utilizando para ello las maderas de los ricos bosques del sector.
Hoy se sigue trabajando de la misma manera, con el hacha y azuela desbastando y tallando la madera pero creando nuevos productos, algunos de tipo utilitarios como platos, cucharas y cucharones, fuentes, bandejas etc. y otros en que el uso se complementa con la decoración inventando las fuentes gallinas, patos, etcétera.

Medios y técnicas escultóricas.



La palabra escultura viene del latín sculptura, que significa arte de esculpir. Esta disciplina representa a las figuras en sus tres dimensiones: alto, largo y ancho. Es decir, las esculturas tienen volumen y pueden ser apreciadas no sólo de frente sino desde distintos puntos.
La escultura tiene por objetivo crear formas y armonizar volúmenes en el espacio. El escultor, al hacer formas, trabaja con las tres dimensiones. La escultura existe en el espacio, son cuerpos en el espacio, tiene sus propios medios de expresión y los volúmenes y las masas están sometidos a disciplina de técnica y de ritmo.

Hay dos tipos de esculturas: las exentas y las en relieve.

Las exentas o de bulto redondo, son aquellas que al ser tridimensionales pueden ser observadas desde todos los ángulos.

Las esculturas en relieve son figuras que destacan por sobre una superficie; pese a ser tridimensionales carecen de parte posterior, y están vinculados a la arquitectura, al ubicarse en paredes, puertas, columnas o entradas de iglesias o grandes edificios.

De acuerdo a lo sobresalientes que estén respecto al fondo se llaman:

• relieve excavado: cuando el bulto no sobresale, y se encuentra hundido respecto a la superficie plana. Esto proporciona máxima claridad a la representación y gran efecto estético por el contraste violento del claroscuro entre la sombra del perfil y la luz, muy viva, del relieve plano.

bajo relieve: cuando las figuras apenas sobresalen del fondo.

medio relieve: cuando están como cortadas por la mitad.

alto relieve: las figuras están talladas casi en bulto redondo pero adheridas al plano.
En la antigüedad era común el uso de los relieves en los monumentos, para contar historias.

También se hacen distinciones entre las esculturas exentas dependiendo de la posición en que están dispuestas las figuras:
Erguida, cuando la única figura está de pie
• Yacentes, tendidas
• Sedentes, sentadas
• Orantes, orando
• Ecuestre, cuando es colocada sobre un caballo
• Grupal, cuando se trata de dos o más figuras.
• Busto, representación de la mitad superior del cuerpo humano sin brazos; es decir, el rostro más la parte superior del tronco.


Por otro lado, si clasificamos las esculturas de acuerdo a su función, están las ornamentales, cuyo fin es decorativo, y las monumentales, que recuerdan o conmemoran un hecho o personaje.
En el transcurso de la historia, no solo ha habido una gran cantidad de estilos y tendencias; también han variado las técnicas y los materiales utilizados para confeccionar las esculturas.
Para la piedra, metal, arcilla o madera, materiales ocupados desde los tiempos prehistóricos, se utilizan el tallado, el modelado y la fundición. Ya más recientemente, durante el siglo XX, surgieron las técnicas de la soldadura, el collage, el assemblage y la utilización de nuevos materiales, como elementos de la naturaleza (piedras, hojas), desechos industriales, materiales sintéticos, o tubos de neón y fluorescentes.

Según el método, material y técnica, se distinguen tres sistemas de realizar esculturas:

Método del añadir: tiene como materiales la arcilla, el metal y la madera, y las técnicas son el modelado, la soldadura y el encolado.
En el modelado se ocupan materiales blandos y flexibles, a los que se puede dar forma sin dificultad, como la cera, yeso y arcilla.
El escultor trabaja con sus manos, ayudándose de instrumentos de madera o metálicos.

Método de sustraer: ocupa materias duras como la piedra o la madera, y las técnicas son el esculpido y la talla.
Se utilizan martillos, cinceles, mazas y gubias.

Método del vaciado: utiliza la escayola, el hormigón, el metal o los plásticos.
Por ejemplo, como el metal no puede esculpirse directamente, es fundido y luego vaciado a moldes de piedra o barro cocido. Una vez frío, el molde se rompe y la obra queda a la vista.

Ejemplos de técnicas escultóricas según los materiales:

Esculpir y tallar
La eliminación de materia de un bloque de piedra o madera, que son los materiales más comunes, hasta «encontrar» dentro la forma deseada representa la noción más profunda de la escultura como arte.
Entre las rocas más utilizadas por el escultor figura el mármol. También se emplean otros materiales pétreos como el alabastro, la piedra caliza o el granito, u orgánicos, como el hueso o el marfil.
Para trabajar la piedra se recurre, por una parte, a instrumentos punzantes, con los que se incide en la materia directamente o a través de un martillo, tales como el puntero, que conduce al desbastado inicial del material; varias clases de cinceles, de filo recto o bien dentado, con dientes puntiagudos o rectos, para ir conformando las superficies; el taladro, para perforaciones profundas, o el trépano, para algunos agujeros.
Por otra parte, hasta alcanzar el acabado final se requiere la utilización de limas, escofinas y piedras para pulir, como la piedra pómez, el esmeril y materiales abrasivos con los que frotar, con objeto de alcanzar la pátina deseada.
A veces se pintan las superficies. Los escultores en piedra, que a lo largo de la historia se han organizado en talleres con actividades especializadas, suelen contar con modelos previos, frecuentemente en yeso, de la misma forma y volumen, con los que trabajar. El uso de los mismos requiere el conocimiento de procedimientos geométricos -cuyo dominio es, a veces, ajeno al propio artista que concibe la escultura- que permiten saber, mediante una caja de varillas ortogonales (denominada caja de sacar puntos), dónde debe aplicarse el golpe.

Modelar
Frente a la concepción de la escultura como el resultado de un proceso de sustracción, existen varios procedimientos donde la expresión del volumen se alcanza mediante un concepto inverso, el de la adición. La ocupación del espacio escultórico mediante la manipulación de materia blanda (barro, yeso o cera) hasta alcanzar la forma ideada constituye uno de ellos. Estos materiales son trabajados con puntas de madera, distintos tipos de paletas y paletillas, telas húmedas y, fundamentalmente, la mano, que otorga una dimensión creativa directa a la tarea.
En el caso de la pieza escultórica modelada es preciso diferenciar la que constituye una obra final concebida como tal o la que supone un momento del proceso que desembocará en la obra definitiva, bien en piedra o bien fundida.

Fundir
La escultura en bronce exige un modelo concebido con anterioridad cuyo volumen sea idéntico. A partir de ese original se realizan en negativo los moldes, que permiten el vaciado, lo que hace posible llevar a cabo cuantos originales se deseen mientras estos se conserven.
El procedimiento más habitual es la fundición en hueco, que exige la construcción de un núcleo, a modo de soporte, sobre el que se colocan los moldes, dejando un espacio vacío para la aleación.


Escultura ensamblada.
Otro método muy común es el de la cera perdida: consiste en revestir de cera un soporte de material refractario; una vez modelada la cera, se cubre de nuevo y se calienta; la cera se funde (sale por unos agujeros hechos previamente) y deja el hueco que habrá de cubrir la aleación. Esta tarea se realiza, por lo general, en talleres especializados. Una vez extraída la escultura, se lleva a cabo una labor de retocado y pulido.

Ensamblar
La idea de integrar elementos de procedencia diversa, con la intención de configurar un objeto susceptible de ser juzgado globalmente como una pieza escultórica unitaria está, con frecuencia, presente en la tradición histórica (la imaginería, por ejemplo), aunque el desarrollo sistemático de la idea de escultura como construcción, en su doble dimensión técnica y conceptual, está estrictamente ligado a las aspiraciones del arte contemporáneo.
El hecho de que, circunstancialmente, estos materiales tengan la forma de objetos con significados en otros contextos y estén más o menos modificados no afecta a lo esencial del proceso ejecutivo como tal. Cuando estos objetos se integran en un cuerpo único el resultado se denomina assemblage. En todo caso, el volumen resultante es susceptible, según sea el deseo del artista, de ser fundido en otro material.

sábado, 10 de julio de 2010

Folclor

Folclor Isla de Pascua.



Al este del sol...

Alrededor del siglo V de nuestra Era, cuando América aún no era descubierta, surcaban el Océano Pacífico pequeñas embarcaciones polinesias que navegaban con rumbo este.
Al parecer nunca llegaron hasta el continente, pero cuando ya desesperaban por lo solitario y vasto de su recorrido, encontraron un territorio insular deshabitado en el cual desembarcaron. Era una isla triangular conocida ahora como Isla de Pascua y ahí comenzaron a acumular leyendas y costumbres, muchas de las cuales hasta ahora constituyen un misterio.

¿Cuál es su nombre?
En todo el mundo se la conoce como Isla de Pascua, nombre impuesto por el marino holandés Jacobo Roggeween, quien la descubrió durante la Pascua de Resurrección de 1722. Sin embargo, antes y después este territorio ha tenido otros nombres.
Existen muchos indicios de que los nativos llamaron a este lugar Te Pito o Te Henúa (ombligo del mundo), y también Mata Kiterage (los ojos que miran al cielo). Resulta menos probable que alguna vez hayan bautizado a su tierra como Rapa Nui , ya que éste es un vocablo maorí y los investigadores estiman que le fue puesto por algunos tahitianos que pasaron por ella en el siglo pasado.
Con posterioridad al descubrimiento de Roggeween, también se dieron otros nombres a este territorio insular: se le llamó Isla de San Carlos cuando los españoles tomaron posesión de ella en 1770, y Teapi y Vahiu cuando el navegante inglés James Cook se refería a ella en sus relatos. Esta isla posee su propia cultura y creencias que con el paso del tiempo se han mantenido inalteradas. Ahora veremos parte de los instrumentos musicales, bailes, danzas, mitos y leyendas que los continentales conocemos...

Instrumentos Musicales:


Maea:
Estas eran piedras duras, redondas sonoras y musicales que se golpeaban rítmicamente y acompañaban los conjuntos de cantos. Estas piedras eran extraídas del lecho marino, por ser resistentes.
Los cantos antiguos eran acompañados con las manos, golpeando las palmas. En las danzas estaban los sonidos en forma rimada proferidos por la garganta; y el ritmo era marcado con un báculo de madera con el cual se golpeaba el suelo, maza alargada llamada ua , de forma como remo delgado.

Keho:
Tambor primitivo de piedra. Se hacía un hoyo ancho en la tierra, y en el fondo de éste se hacía otro más pequeño y circular, donde se colocaba una calabaza vacía cubierta con una piedra laja. Sobre esta piedra, un cantante o danzante golpeaba con sus pies desnudos fuertemente siguiendo el ritmo de la música. El efecto obtenido por el retumbar del aire contenido en el hoyo, al cual la calabaza hacía de caja de resonancia.

Hio (aerófono):
Especie de flauta de caña de bambú con agujeros. Por las referencias debió tener un sonido lastimero. La palabra hio, tahitiana, significa silbar o soplar.

Kauaha (idiófono):
Mandíbula de equino desecada en forma natural. Los huesos maxilares inferiores conservan en los alveólos dentarios todas las piezas sueltas, que no se salen debido a su forma. Al golpear la quijada, que se coge en la parte delantera, contra el suelo o contra la palma de la otra mano, produce dos sonidos.

Ukelele (cordófono):
Este instrumento llegó desde la Polinesia. También recibe el nombre de guitarra hawaiana. Es similar en su caja a la guitarra, pero mucho más pequeña y solamente con cuatro cuerdas.

Guitarra (cordófono):
De fabricación isleña, fue muy usada en los tiempos pasados. Ahora, la mayoría es llevada desde el continente.

Upa-Upa (aerófono):
Se le llama así al acordeón de botones o teclado.

Bailes y Danzas:
En Isla de Pascua existe una interesante música autóctona enraizadas en viejas tradiciones y leyendas transmitidas oralmente de generación en generación. En la imaginación de sus cantores se ha observado un folclor de cantos rurales que se diferencian con los cantos actuales de origen Polinésico en que son de carácter más alegre.

Sau Sau
Una de sus manifestaciones es el Sau-Sau, que es un canto y danza popular pascuense de origen samoano, que se ha convertido en un baile característico de la Isla. Además se interpretan otros cantos y danzas populares dedicados a sus dioses, a los espíritus guerreros, a la lluvia y al amor. Los pascuenses son buenos bailarines y parece que su gran pasión fuera la música y la danza. Son regionalistas y sólo bailan sus propios bailes como el popular “Sau-Sau”, el “ Tango Pascuense”, el “Tari-Tarita” y otros bailes llegados de Tahiti.

Las canciones son interpretadas por conjuntos o algunos cantores populares de la isla que se agrupan en torno a sus propios instrumentos musicales y comienzan a bailar y a cantar, palmoteando con sus manos, moviendo la cintura y la cabeza al mismo tiempo.

Sau Sau.
En las fiestas el sitio de honor corresponde al Sau Sau, de orígen samoano, que los habitantes fijan la fecha de importación en los años 40, que en la isla ha tomado características propias.
Durante la noche se organizan reuniones, en que se efectúa esta danza, en que las mujeres muestran toda su gracia y soltura, dentro de una movilidad cadenciosa, que acompañan con el movimiento ondulante de sus manos. En el Sau Sau, las parejas se unen y apartan con movimientos rápidos de caderas.
En esta danza, los pascuenses, en especial las mujeres, se ponen una vestimenta de plumas de colores, que conjuntos modernos de danza están introduciendo.


Ula Ula
Danza de origen tahitiano, se baila en la Isla una reminiscencia del original, según el doctor Ramón Campbell.Danzando generalmente en ritmo de corrido vivo, las parejas acostumbran bailar separados, haciendo ondular especialmente las caderas en forma lateral, suavemente, y descansando los pies alternativamente sobre el talón y la punta de los dedos, con rotación de ellos. Las mujeres acompañan el baile con gráciles movimientos de los brazos, haciéndolos ondular en forma muy armoniosa, ya a un lado ya hacia el otro, imitando en muchas ocasiones el acto de peinarse los cabellos con una mano y contemplarse en un invisible espejo con la otra mano. Todo esto con una gracia y sugerencia muy femenina y cautivadora. No suele haber en este tipo de danza movimientos indecentes o provocativos. Se suele alternar el movimiento bailable con figuras, las cuales las piernas se van flectando paulatinamente hasta casi tocar las asentaderas con los talones, y tomando posición de cuclillas sin dejar de ondular rítmicamente y alzarse después en forma inversa. Tamuré.
Danza propiamente tahitiana, cuya gracia radica en dos aspectos principales. Por una parte, la verdadera acrobacia que es preciso desarrollar con las piernas, en movimientos extraordinariamente rápidos y la ejecución de movimientos de vaivén pelvianos más o menos violentos (R. Campbell).
Los que ejecutan bien esta danza son los hombres que han viajado a Tahiti. Las mujeres en contadas oportunidades se atreven a hacer los pasos o figuras del Tamuré tahitiano.
Danzas y cantos actuales son estilizaciones del folclor polinésico. De origen reciente están el Vals tahitiano y el Tango pascuense.

Folclor musical chileno



A finales de la década de los cincuenta, en Chile comienzan a surgir personajes formados ya en el folclore musical, muchos de ellos con fuerte influencia de Margot Loyola. Es éste el momento de gestación de un colectivo de creadores que más tarde será de suma importancia en la escena artística chilena.
Fueron también esos años los que vieron formarse y comenzar a trabajar en el campo de la tradición popular chilena a la compositora y cantora Violeta Parra.
Nacida en Chillan, una región eminentemente agrícola y de antiguas tradiciones, Violeta Parra inició su labor como intérprete siguiendo una arraigada tradición familiar; empezó a recorrer el país y a recolectar música. Ella fue la otra gran figura femenina en la cultura chilena.
La música folclórica en Chile siempre ha discurrido por la vía femenina. La tradición indicaba que era la mujer la “cantora”, y todo el canto interpretado con guitarra es dominio suyo. Es por ello que Loyola y Parra representan, en el medio contemporáneo, la continuidad de esta tradición.

Violeta Parra
Ahora bien, Violeta Parra y todos los personajes que la rodearon pasaron a tener una nueva actitud: conscientes de que la música nacional era desconocida para la mayoría de la población urbana, la difundieron, en forma de recitales, en universidades, sindicatos y a través de emisoras de radio (Violeta Parra logró tener un programa propio). Por un lado, se trataba de dar a conocer la música folclórica ya existente. Por otro, se empezaba también a componer en base a las raíces tradicionales. En este orden de cosas, Violeta Parra fue la gran compositora de un movimiento que surgió alrededor de los cincuenta y adoptó el nombre de Nueva canción chilena.

La problemática social
A partir de ahí se acusa una masiva formación de conjuntos representativos de ese movimiento. Como Violeta Parra, las nuevas generaciones añaden, a la luz de una nueva sensibilidad, elementos novedosos, a saber: la problemática social y política del país y toda la técnica musical contemporánea.
En 1962,la Universidad Católica acogió en su seno al Primer Festival de la Nueva Canción Chilena. En este evento, el primer premio lo obtuvo una canción interpretada por un conjunto que se había formado en esa época: Quilapayún.
Ciertamente, esos años supusieron la puesta en marcha de grandes grupos como, además del ya mencionado Quilapayún, el Inti-Illimani o los Jaivas.
La Nueva canción se seguirá nutriendo con los hijos de Violeta Parra, Isabel y Angel Parra y, además, de Patricio Manns, Gitano Rodríguez, Rolando Alarcón y otros.
Todos ellos, unidos a destacados intérpretes y compositores que desde siempre mantuvieron la presencia de la música chilena, contribuyeron a consolidar lo que hoy puede llamarse el cancionero de Chile.
La música popular en Chile sigue su curso y evolución normal gracias a la labor de esos primeros estudiosos y difusores de la riqueza cultural del país que, desde principios del siglo XX, la investigaron en las propias fuentes para aprender y preservar toda la riqueza musical de la cultura chilena.

Folclor de chiloé


Los Jesuitas que llegaron a Chiloé influyeron fuertemente en la isla en lo que respecta a los cánticos religiosos, incluso hasta hoy los Huilliches conservan algunas tradiciones cristianas, principalmente por su condición insular. El repertorio musical trascendió muy pronto de las capillas e Iglesias, al hogar, a la calle, al bote, difundiéndose por toda la isla.

Minga chilota
El duro clima chilote y el aislamiento producen una integración comunitaria que caracteriza a la población de Chiloé. Las viviendas, con su fogón central, los trabajos comunitarios como la Minga que retribuye con una fiesta donde abundan el canto y el baile las fiestas de Medan (me dan), que son aportes que traen los vecinos con motivo de un matrimonio, incendio o enfermedad de algún dueño de casa o en las fiestas de Reitimiento, o derretimiento de primera grasa de cerdo que servirá de reserva alimenticia, dichas reuniones se animan con canciones y danzas que alcanzan un vigor inusitado en relación con el resto del país.

El traje típico: es el pantalón negro, gorro de lana, camisa cuadrillé, polainas y ojotas, la mujer viste falda negra, manta de lana negra, paño negro en la cabeza y blusa blanca.

Curanto
Las ocasiones religiosas han motivado el repertorio musical más característico de Chiloé, y a la vez único en el país. Devociones familiares e íntimas, que hasta no hace mucho se podían encontrar en otras partes de la zona central del país.
Sus canciones y sus danzas presentan moldes propios que no existen en el resto del país. A simple vista parece que su entonación fuese tomada como base de la española sobre ritmos mapuches de tambor similares como en el caso de las danzas pastoriles montañesas españolas que existen en Chiloé. Coreográficamente es diferente a la del centro del país pero se rige por un mismo molde.

Otro tipo de danza aún vigente es la Mañanita, que es una especie de corrido, acompañada también con guitarra, acordeón y bombo.
Pero, la danza más popular y jamás olvidada sobre todo por la gente de más edad es el Vals chilote.
Aparte de las mencionadas son populares también la zamba-refalosa, la cueca chilota, la Pericona, la Nave, la Sirilla, la Trastrasera, el Costillar y el Pavo, derivada esta última de la Cuadrilla. Es una especie coreográfica europea que se encuentra en Chiloé. Es una danza de difusión e influencia regional, bailada con poca frecuencia o en lugares apartados.

Chiloé es el paraíso de las artesanías y artesanos, pues la producción manual fue la manera de fabricar los objetos necesarios para la vida cotidiana. Es así como tenemos: cestería, utensilios para el hogar y decoraciones en piedra (cancagua), madera y tejidos en lana, etc.

Cueca chilena



E
n Chile se baila la cueca, aproximadamente desde 1824. Aunque por aquellos años su nombre era simplemente “La chilena”, muy parecida a la zamacueca, y así es mencionada incluso por Diego Portales hacia 1830.
En los salones de música (casa de canto) se ejecutaba con arpas y guitarras, y en el campo (en las chinganas, que visitaba Portales) se armaban tabladillos especiales para los bailarines, acompañados de guitarras y canto.
La existencia de nuestra cueca, con sus orígenes perdidos en el tiempo y en el espacio, se fue afincando no sólo en las populares chinganas, sino que también se tocaba y bailaba en salones de mayor alcurnia, como la Filarmónica, donde sonaba al son de arpa y vihuela, también con la presencia de Portales.
Con los años, y junto con el afianzamiento de Chile como República, se fue popularizando cada vez más. Pese a ello, en Chile no existía un baile oficial que nos representara, hasta que el 18 de septiembre de 1979, bajo el gobierno militar de la época, según Decreto N° 23, se estableció que la Cueca sea la Danza Nacional de Chile.

En casi todo el país, la cueca se canta a dos voces y se acompaña del arpa, piano, acordeón, pandereta u otro instrumento de percusión. El único instrumento que siempre está presente es la guitarra, y unas cuantas palmas para incentivar a los bailarines. Solamente en el norte se reemplaza a veces la guitarra por una banda de bronce o flautas.

La Cueca, según estudiosos, es un claro derivado del fandango, pertenece a los bailes de la tierra, y tomó de manera sucesiva los siguientes nombres: zamba, zambacueca, zamacueca, cueca chilena y Chilena.
Algunos folcloristas dan una explicación de tipo zoomórfica al origen y al nombre de la danza, derivándolo de "clueca", creyendo ver en nuestro baile una imitación de los movimientos de una polla requerida por el gallo. El baile del hombre equivaldría a la rueda y al entusiasmo que pone el gallo en su lucha amorosa y explicaría, además, el aire defensivo de la polla, que se ve en la dama.

Desde mucho tiempo se ha dado por aceptado que la cueca nace en Lima (Perú). No obstante, la duda persiste. Peruanos y chilenos se preguntan: ¿Es peruana o es chilena?. Pues, debido a la abundancia de referencias, no se ha llegado a nada concreto

lunes, 5 de julio de 2010

Pintura.

La pintura es el arte que enseña a representar en una superficie plana cualquier objeto visible o imaginario, o a sugerirlo, por medio de la línea y del color.

Elementos básicos de la pintura académica son el dibujo, el modelado y el colorido.
Tradicionalmente, se distinguen la pintura histórica, la religiosa, la de batallas, el retrato, la de paisajes, la de marinas, la de animales y flores y la de naturaleza muerta.
La pintura responde a un impulso que se revela innato tanto en ciertos salvajes, esos del paleolítico, en sus pinturas rupestres de intención mágico-religiosa, como en el hombre antiguo y en el moderno.


Historia de la pintura



En el devenir de su historia, la pintura ha adoptado diferentes formas, según los distintos medios y técnicas que la han guiado y se han convertido en propios de cada una de ellas. Hasta el siglo XX, la pintura se apoya, casi invariablemente, en el arte del dibujo. En occidente, la pintura al fresco, que alcanzó su mayor grado de desarrollo a finales de la edad media y durante el renacimiento, se basa en la aplicación de pintura sobre yeso fresco o seco. Otra variedad antigua es la pintura al temple, que consiste en aplicar pigmentos en polvo mezclados con yema de huevo sobre una superficie preparada, que suele ser un lienzo sobre tabla.

Durante el renacimiento, la pintura al óleo vino a ocupar el lugar del fresco y del temple; tradicionalmente se pensaba que esta técnica había sido desarrollada a finales de la edad media por los hermanos flamencos Jan van Eyck y Hubert van Eyck, pero en la actualidad se cree que fue inventada mucho antes.
Otras técnicas de pintura son el esmalte, la encáustica, el gouache, la grisalla y la acuarela. En los últimos años se ha extendido el uso de las pinturas acrílicas, con base de agua, de rápido secado y que no se oscurecen con el paso del tiempo.
Con el transcurrir de los siglos, se han venido sucediendo diferentes métodos y estilos artísticos, así como teorías relacionadas con la finalidad del arte para, en algunos casos, reaparecer en épocas posteriores con alguna modificación. En el renacimiento, la pintura al fresco en muros y techos cedió el paso a la pintura de caballete al óleo, pero se reactualizó en el siglo XX con las obras de los muralistas mexicanos.

La necesidad de expresar una emoción intensa por medio del arte une a pintores tan diferentes como el español El Greco, del siglo XVI, y los expresionistas alemanes del siglo XX. En el polo opuesto de los intentos de los expresionistas por revelar la realidad interior, siempre ha habido pintores empeñados en representar exactamente los aspectos exteriores. El realismo y el simbolismo, la contención clásica y la pasión romántica, se han ido alternando a lo largo de la historia de la pintura, revelando afinidades e influencias significativas.

Pintura prehistórica y antiguas
pinturas más antiguas que se conocen fueron realizadas en las paredes de las cuevas que servían de abrigo a la especie humana hace treinta mil años, durante el periodo paleolítico. Hay muestras del arte paleolítico en emplazamientos de Europa occidental, del África sahariana y del sur, y en Australia. En algunas zonas, como el litoral mediterráneo, el desarrollo de la pintura siguió en el periodo neolítico.

Pinturas rupestres
Las pinturas que se conservan en las cuevas de España y del sur de Francia representan, con increíble exactitud, bisontes, caballos y ciervos. Estas representaciones están realizadas en colores de tierra, compuestos de diferentes minerales pulverizados y mezclados con grasa animal, clara de huevo, extractos de plantas, cola de pescado, e incluso sangre; se aplicaban con pinceles hechos de varitas y juncos o se soplaban sobre la pared. Estas pinturas debieron cumplir un papel en los rituales mágicos, aunque no se conoce con certeza su naturaleza exacta.

Pintura egipcia
Hace más de 5.000 años los artistas egipcios empezaron a pintar los muros de las tumbas de los faraones con representaciones mitológicas y escenas de las actividades cotidianas, como la caza, la pesca, la agricultura o la celebración de banquetes. Igual que en la escultura egipcia, prevalecen dos constantes estilísticas. En primer lugar, las imágenes, más conceptuales que realistas, presentan los rasgos anatómicos más característicos, combinando las vistas frontales y de perfil de la misma figura; en segundo lugar, la escala de las figuras indica la importancia de las mismas, y así el faraón aparece más alto que su consorte, hijos o cortesanos.

Pintura prehispánica en América



Las pinturas murales de Teotihuacán y las poblaciones vecinas de Tetitla y Tepentitla expresan la visión de la creación del universo según los antiguos mesoamericanos que poblaron esa zona situada en el norte y el centro de América, entre los siglos II antes de Cristo y VII después de Cristo La descripción del viaje que emprende el alma a través de lo que en conceptos cristianos se llamaría cielo e infierno refleja la inquietud respecto a la trascendencia del ser humano que no se conforma con su existencia terrenal. Alegorías de lo más preciado como el agua, la sangre, la vida, la serenidad, están reflejadas en los frescos dedicados a Tláloc, deidad de la lluvia, y al paraíso que ofrece cada vez que se prodiga.
Además de los códices, o escenas de la vida y la historia prehispánicas plasmadas en libros pintados, sobresalen las pinturas murales de Cacaxtla, en Tlaxcala, y de Bonampak, en Yucatán (México). En ellas quedaron plasmadas vivas escenas bélicas y ceremoniales donde resalta el dramatismo del dolor y el orgullo del triunfo. El uso de los colores —como el fondo azul característico maya— y del detalle, en los innumerables giros y atributos de las vestimentas de los personajes que lucen excelsos penachos, armamentos, joyería, calzados, máscaras, sientan las bases de un pilar fundamental de la plástica americana. En un detalle de los frescos de Bonampak (785 después de Cristo) se ve a un prisionero desmayado sobre una escalinata en uno de los escorzos más logrados de la pintura antigua. Es digno de mención el hecho de que pasarían unos siglos hasta que las culturas de América tuvieran contacto con las europeas y, por tanto, se desarrollaron sin ninguna influencia extracontinental.




Impresionismo en la pintura.


Al volver sus ojos hacia los temas cotidianos, los artistas de mediados del siglo XIX cuya obra es adscribible al realismo sentaron un precedente para la siguiente generación de la vanguardia francesa.
Édouard Manet fue el principal innovador de la década de 1860 y su estilo fue precursor del impresionismo. Al igual que Courbet, Manet encontró muchos de sus temas en la vida que le rodeaba (los parisinos solazándose en restaurantes, en parques, o paseando en barco), aunque también tomó muchos de maestros anteriores Velázquez y Goya, recreándolos de acuerdo con la vida contemporánea, a su propio estilo, aplanando las figuras y neutralizando las expresiones emocionales. Estas y otras innovaciones, como su pincelada libre e imprecisa y sus amplios parches de color yuxtapuestos sin transición, hacen que se considere a Manet el primer pintor moderno.
A finales del siglo XIX, Edgar Degas se destacaba como maestro del trazo, dotando a sus temas de movimiento, como si hubieran sido captados por una cámara.
Aunque la inmediatez del planteamiento de Degas y su interés por pintar la vida contemporánea, lo vinculan con los impresionistas, difería de ellos en muchos puntos. No disolvía la forma tan radicalmente como ellos y prefería pintar figuras en interiores en lugar de paisajes.
El estilo compositivo de Degas se debía a la influencia de la fotografía y de los grabados japoneses, que por entonces circulaban por París y eran muy populares entre los artistas del momento. Sus cuadros de bailarinas, músicos, lavanderas y mujeres bañándose parecen desenfadados y sin estudiar, pero la realidad es que estas composiciones, de vistas oblicuas y equilibrio asimétrico, están muy calculadas. Sus retratos son también únicos en lo que se refiere a la integración de las figuras en los decorados y a la revelación de la personalidad de los modelos.
Degas, maestro en muchas técnicas, destaca sobre todo en el empleo de los pasteles (pigmentos en polvo mezclados con goma), con los que consigue efectos de inusitada riqueza, por el sistema de sombrear mediante una capa de color intenso sobre otra.

Camille Pissarro
El estilo impresionista se desarrolló al aumentar el interés de los pintores por estudiar los efectos de la luz sobre los objetos cómo la luz da color a las sombras y disuelve los contornos de los objetos y por trasladar sus observaciones directamente al lienzo. Su falta de interés por los detalles concretos de las formas y su empleo de pequeños toques separados de color puro técnicas que contrastaban totalmente con el estilo académico predominante provocaron la animosidad de crítica y público.
Tuvieron que pasar casi veinte años hasta que Claude Monet, principal exponente del impresionismo, alcanzara el reconocimiento general. Su interés se centraba sobre todo en el paisaje, que representaba bajo todas las condiciones climatológicas y en diferentes estaciones; captaba los efectos centelleantes de la luz del sol en los árboles en primavera y la luz gris del invierno en las huellas del suelo nevado. Durante los últimos años de su vida se dedicó a pintar los exquisitos jardines y los estanques con nenúfares de su casa de Giverny; sus formas se volvían cada vez más evanescentes según las iba diluyendo en el trémulo juego de la luz y el color.

Paul Cézanne
Camille Pissarro fue también uno de los creadores del impresionismo, junto con Auguste Renoir. Los temas favoritos de Pissarro eran los paisajes, las escenas fluviales, las vistas de las calles de París y los campesinos en su trabajo.
Los intereses de Renoir eran similares a los de Monet y de Pissarro, pero realizó también una importante cantidad de retratos y de cuadros de figuras; son célebres sus numerosos estudios de desnudos femeninos de piel nacarada.
Los impresionistas trabajaban juntos al aire libre, como en el caso de Renoir y Monet. En 1869, por ejemplo, ambos pintaron El estanque de las ranas; el lienzo de Monet está en el Metropolitan Museum;el de Renoir, en el Museo Nacional de Estocolmo.
A principios de la década de 1870, había una relación similar entre Pissarro y Paul Cézanne; Pissarro no disolvía las formas de manera tan radical como los otros impresionistas, y quizá ello impulsó a Cézanne a trabajar con él, ya que los intereses de éste último se decantaban en otras direcciones.
Mientras los impresionistas se dedicaban a plasmar los efectos transitorios, como los cambios de la luz, Cézanne se preocupaba por los aspectos eternos de la naturaleza, extrayendo sus principios estructurales, como en sus numerosos lienzos de la Montaña Sainte Victoire. Estos estudios, pintados durante los últimos años de su vida, son el resultado del empeño de Cézanne por conseguir plasmar el color y el volumen de una montaña vista desde lejos. El interés de Cézanne por las formas geométricas tuvo gran influencia en el desarrollo del cubismo.



Expresionismo abstracto

La presencia en Estados Unidos de muchos surrealistas europeos refugiados, fue sin duda el catalizador en la creación del expresionismo abstracto, movimiento centrado en Nueva York entre las décadas de 1940 y 1950. Su investigación del inconsciente y de las técnicas que hacían uso de la casualidad intrigó a Jackson Pollock, Willem de Kooning, Hans Hofmann, y muchos otros.
Estos artistas, partidarios del automatismo surrealista (una técnica similar a la escritura automática) y del expresionismo, eran conocidos como action painters. En manos de Pollock, por ejemplo, la técnica pictórica implicaba gotear colores sobre lienzos de gran formato para crear al azar motivos enérgicos.
Otros expresionistas abstractos, como Mark Rothko y Barnett Newman, desarrollaron la colour-field painting, aplicando sobre el lienzo grandes extensiones de color sutilmente modulado. En Argentina destaca Ronaldo de Juan, que más tarde optó por grandes cuadros de tonos grises.

Op Art y Pop Art
En la década de 1960 se iniciaron nuevos estilos y movimientos. Algunos pintores siguieron en la senda de la abstracción, como denota el Op Art de Victor Vasarely.
Si bien el Op Art se basa en producir ilusiones ópticas generalmente abstractas, el Pop Art es figurativo, como se aprecia en las divertidas obras de su creador, el artista inglés Richard Hamilton.
Los artistas Pop tomaban sus imágenes de los anuncios, de las películas, de las tiras cómicas y de los objetos cotidianos. Entre los más destacados artistas pop americanos se encuentran Robert Rauschenberg, Jasper Johns, Jim Dine, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, James Rosenquist y Andy Warhol.

Nuevo Realismo
Las irónicas imágenes del Pop Art ayudaron a despejar el camino para un renacimiento de la pintura realista. El realismo es un estilo continuo, pero muy individualista, en el arte de América, y abarca a pintores tan dispares como Thomas Eakins, Sloan, Hopper, Andrew Wyeth y Fairfield Porter.
Los realistas que se destacaron en las décadas de 1970 y 1980 fueron aquellos que habían asumido algunos de los conceptos estéticos del arte abstracto. El fotorrealismo se basaba en la fotografía para conseguir una variedad de pintura realista impersonal, con detalles precisos, como en los meticulosos paisajes urbanos de Richard Estes.

Nuevas tendencias abstractasObra de Larry Poons
Después de la intensa subjetividad del expresionismo abstracto, la pintura abstracta se inclinó hacia una pureza formal más rigurosa e impersonal.
La culminación de esta tendencia fue el minimalismo, en el cual la pintura se reducía a simples formas geométricas, motivos rítmicos o colores lisos. A la cabeza de los minimalistas estaban Kenneth Noland, Larry Poons, Robert Ryman y Brice Marden. La Hard-edge abstraction fue un movimiento relacionado con el anterior, que evolucionó hacia composiciones abstractas más complejas y dinámicas en las obras de Frank Stella y Al Held.
Bajo la influencia de la máxima de Duchamp, según la cual la pintura debía estar "al servicio de la mente", el arte conceptual solía consistir en una sola palabra o en una afirmación teórica. En esta época destaca el uruguayo Nelson Ramos.