sábado, 10 de julio de 2010

Folclor

Folclor Isla de Pascua.



Al este del sol...

Alrededor del siglo V de nuestra Era, cuando América aún no era descubierta, surcaban el Océano Pacífico pequeñas embarcaciones polinesias que navegaban con rumbo este.
Al parecer nunca llegaron hasta el continente, pero cuando ya desesperaban por lo solitario y vasto de su recorrido, encontraron un territorio insular deshabitado en el cual desembarcaron. Era una isla triangular conocida ahora como Isla de Pascua y ahí comenzaron a acumular leyendas y costumbres, muchas de las cuales hasta ahora constituyen un misterio.

¿Cuál es su nombre?
En todo el mundo se la conoce como Isla de Pascua, nombre impuesto por el marino holandés Jacobo Roggeween, quien la descubrió durante la Pascua de Resurrección de 1722. Sin embargo, antes y después este territorio ha tenido otros nombres.
Existen muchos indicios de que los nativos llamaron a este lugar Te Pito o Te Henúa (ombligo del mundo), y también Mata Kiterage (los ojos que miran al cielo). Resulta menos probable que alguna vez hayan bautizado a su tierra como Rapa Nui , ya que éste es un vocablo maorí y los investigadores estiman que le fue puesto por algunos tahitianos que pasaron por ella en el siglo pasado.
Con posterioridad al descubrimiento de Roggeween, también se dieron otros nombres a este territorio insular: se le llamó Isla de San Carlos cuando los españoles tomaron posesión de ella en 1770, y Teapi y Vahiu cuando el navegante inglés James Cook se refería a ella en sus relatos. Esta isla posee su propia cultura y creencias que con el paso del tiempo se han mantenido inalteradas. Ahora veremos parte de los instrumentos musicales, bailes, danzas, mitos y leyendas que los continentales conocemos...

Instrumentos Musicales:


Maea:
Estas eran piedras duras, redondas sonoras y musicales que se golpeaban rítmicamente y acompañaban los conjuntos de cantos. Estas piedras eran extraídas del lecho marino, por ser resistentes.
Los cantos antiguos eran acompañados con las manos, golpeando las palmas. En las danzas estaban los sonidos en forma rimada proferidos por la garganta; y el ritmo era marcado con un báculo de madera con el cual se golpeaba el suelo, maza alargada llamada ua , de forma como remo delgado.

Keho:
Tambor primitivo de piedra. Se hacía un hoyo ancho en la tierra, y en el fondo de éste se hacía otro más pequeño y circular, donde se colocaba una calabaza vacía cubierta con una piedra laja. Sobre esta piedra, un cantante o danzante golpeaba con sus pies desnudos fuertemente siguiendo el ritmo de la música. El efecto obtenido por el retumbar del aire contenido en el hoyo, al cual la calabaza hacía de caja de resonancia.

Hio (aerófono):
Especie de flauta de caña de bambú con agujeros. Por las referencias debió tener un sonido lastimero. La palabra hio, tahitiana, significa silbar o soplar.

Kauaha (idiófono):
Mandíbula de equino desecada en forma natural. Los huesos maxilares inferiores conservan en los alveólos dentarios todas las piezas sueltas, que no se salen debido a su forma. Al golpear la quijada, que se coge en la parte delantera, contra el suelo o contra la palma de la otra mano, produce dos sonidos.

Ukelele (cordófono):
Este instrumento llegó desde la Polinesia. También recibe el nombre de guitarra hawaiana. Es similar en su caja a la guitarra, pero mucho más pequeña y solamente con cuatro cuerdas.

Guitarra (cordófono):
De fabricación isleña, fue muy usada en los tiempos pasados. Ahora, la mayoría es llevada desde el continente.

Upa-Upa (aerófono):
Se le llama así al acordeón de botones o teclado.

Bailes y Danzas:
En Isla de Pascua existe una interesante música autóctona enraizadas en viejas tradiciones y leyendas transmitidas oralmente de generación en generación. En la imaginación de sus cantores se ha observado un folclor de cantos rurales que se diferencian con los cantos actuales de origen Polinésico en que son de carácter más alegre.

Sau Sau
Una de sus manifestaciones es el Sau-Sau, que es un canto y danza popular pascuense de origen samoano, que se ha convertido en un baile característico de la Isla. Además se interpretan otros cantos y danzas populares dedicados a sus dioses, a los espíritus guerreros, a la lluvia y al amor. Los pascuenses son buenos bailarines y parece que su gran pasión fuera la música y la danza. Son regionalistas y sólo bailan sus propios bailes como el popular “Sau-Sau”, el “ Tango Pascuense”, el “Tari-Tarita” y otros bailes llegados de Tahiti.

Las canciones son interpretadas por conjuntos o algunos cantores populares de la isla que se agrupan en torno a sus propios instrumentos musicales y comienzan a bailar y a cantar, palmoteando con sus manos, moviendo la cintura y la cabeza al mismo tiempo.

Sau Sau.
En las fiestas el sitio de honor corresponde al Sau Sau, de orígen samoano, que los habitantes fijan la fecha de importación en los años 40, que en la isla ha tomado características propias.
Durante la noche se organizan reuniones, en que se efectúa esta danza, en que las mujeres muestran toda su gracia y soltura, dentro de una movilidad cadenciosa, que acompañan con el movimiento ondulante de sus manos. En el Sau Sau, las parejas se unen y apartan con movimientos rápidos de caderas.
En esta danza, los pascuenses, en especial las mujeres, se ponen una vestimenta de plumas de colores, que conjuntos modernos de danza están introduciendo.


Ula Ula
Danza de origen tahitiano, se baila en la Isla una reminiscencia del original, según el doctor Ramón Campbell.Danzando generalmente en ritmo de corrido vivo, las parejas acostumbran bailar separados, haciendo ondular especialmente las caderas en forma lateral, suavemente, y descansando los pies alternativamente sobre el talón y la punta de los dedos, con rotación de ellos. Las mujeres acompañan el baile con gráciles movimientos de los brazos, haciéndolos ondular en forma muy armoniosa, ya a un lado ya hacia el otro, imitando en muchas ocasiones el acto de peinarse los cabellos con una mano y contemplarse en un invisible espejo con la otra mano. Todo esto con una gracia y sugerencia muy femenina y cautivadora. No suele haber en este tipo de danza movimientos indecentes o provocativos. Se suele alternar el movimiento bailable con figuras, las cuales las piernas se van flectando paulatinamente hasta casi tocar las asentaderas con los talones, y tomando posición de cuclillas sin dejar de ondular rítmicamente y alzarse después en forma inversa. Tamuré.
Danza propiamente tahitiana, cuya gracia radica en dos aspectos principales. Por una parte, la verdadera acrobacia que es preciso desarrollar con las piernas, en movimientos extraordinariamente rápidos y la ejecución de movimientos de vaivén pelvianos más o menos violentos (R. Campbell).
Los que ejecutan bien esta danza son los hombres que han viajado a Tahiti. Las mujeres en contadas oportunidades se atreven a hacer los pasos o figuras del Tamuré tahitiano.
Danzas y cantos actuales son estilizaciones del folclor polinésico. De origen reciente están el Vals tahitiano y el Tango pascuense.

Folclor musical chileno



A finales de la década de los cincuenta, en Chile comienzan a surgir personajes formados ya en el folclore musical, muchos de ellos con fuerte influencia de Margot Loyola. Es éste el momento de gestación de un colectivo de creadores que más tarde será de suma importancia en la escena artística chilena.
Fueron también esos años los que vieron formarse y comenzar a trabajar en el campo de la tradición popular chilena a la compositora y cantora Violeta Parra.
Nacida en Chillan, una región eminentemente agrícola y de antiguas tradiciones, Violeta Parra inició su labor como intérprete siguiendo una arraigada tradición familiar; empezó a recorrer el país y a recolectar música. Ella fue la otra gran figura femenina en la cultura chilena.
La música folclórica en Chile siempre ha discurrido por la vía femenina. La tradición indicaba que era la mujer la “cantora”, y todo el canto interpretado con guitarra es dominio suyo. Es por ello que Loyola y Parra representan, en el medio contemporáneo, la continuidad de esta tradición.

Violeta Parra
Ahora bien, Violeta Parra y todos los personajes que la rodearon pasaron a tener una nueva actitud: conscientes de que la música nacional era desconocida para la mayoría de la población urbana, la difundieron, en forma de recitales, en universidades, sindicatos y a través de emisoras de radio (Violeta Parra logró tener un programa propio). Por un lado, se trataba de dar a conocer la música folclórica ya existente. Por otro, se empezaba también a componer en base a las raíces tradicionales. En este orden de cosas, Violeta Parra fue la gran compositora de un movimiento que surgió alrededor de los cincuenta y adoptó el nombre de Nueva canción chilena.

La problemática social
A partir de ahí se acusa una masiva formación de conjuntos representativos de ese movimiento. Como Violeta Parra, las nuevas generaciones añaden, a la luz de una nueva sensibilidad, elementos novedosos, a saber: la problemática social y política del país y toda la técnica musical contemporánea.
En 1962,la Universidad Católica acogió en su seno al Primer Festival de la Nueva Canción Chilena. En este evento, el primer premio lo obtuvo una canción interpretada por un conjunto que se había formado en esa época: Quilapayún.
Ciertamente, esos años supusieron la puesta en marcha de grandes grupos como, además del ya mencionado Quilapayún, el Inti-Illimani o los Jaivas.
La Nueva canción se seguirá nutriendo con los hijos de Violeta Parra, Isabel y Angel Parra y, además, de Patricio Manns, Gitano Rodríguez, Rolando Alarcón y otros.
Todos ellos, unidos a destacados intérpretes y compositores que desde siempre mantuvieron la presencia de la música chilena, contribuyeron a consolidar lo que hoy puede llamarse el cancionero de Chile.
La música popular en Chile sigue su curso y evolución normal gracias a la labor de esos primeros estudiosos y difusores de la riqueza cultural del país que, desde principios del siglo XX, la investigaron en las propias fuentes para aprender y preservar toda la riqueza musical de la cultura chilena.

Folclor de chiloé


Los Jesuitas que llegaron a Chiloé influyeron fuertemente en la isla en lo que respecta a los cánticos religiosos, incluso hasta hoy los Huilliches conservan algunas tradiciones cristianas, principalmente por su condición insular. El repertorio musical trascendió muy pronto de las capillas e Iglesias, al hogar, a la calle, al bote, difundiéndose por toda la isla.

Minga chilota
El duro clima chilote y el aislamiento producen una integración comunitaria que caracteriza a la población de Chiloé. Las viviendas, con su fogón central, los trabajos comunitarios como la Minga que retribuye con una fiesta donde abundan el canto y el baile las fiestas de Medan (me dan), que son aportes que traen los vecinos con motivo de un matrimonio, incendio o enfermedad de algún dueño de casa o en las fiestas de Reitimiento, o derretimiento de primera grasa de cerdo que servirá de reserva alimenticia, dichas reuniones se animan con canciones y danzas que alcanzan un vigor inusitado en relación con el resto del país.

El traje típico: es el pantalón negro, gorro de lana, camisa cuadrillé, polainas y ojotas, la mujer viste falda negra, manta de lana negra, paño negro en la cabeza y blusa blanca.

Curanto
Las ocasiones religiosas han motivado el repertorio musical más característico de Chiloé, y a la vez único en el país. Devociones familiares e íntimas, que hasta no hace mucho se podían encontrar en otras partes de la zona central del país.
Sus canciones y sus danzas presentan moldes propios que no existen en el resto del país. A simple vista parece que su entonación fuese tomada como base de la española sobre ritmos mapuches de tambor similares como en el caso de las danzas pastoriles montañesas españolas que existen en Chiloé. Coreográficamente es diferente a la del centro del país pero se rige por un mismo molde.

Otro tipo de danza aún vigente es la Mañanita, que es una especie de corrido, acompañada también con guitarra, acordeón y bombo.
Pero, la danza más popular y jamás olvidada sobre todo por la gente de más edad es el Vals chilote.
Aparte de las mencionadas son populares también la zamba-refalosa, la cueca chilota, la Pericona, la Nave, la Sirilla, la Trastrasera, el Costillar y el Pavo, derivada esta última de la Cuadrilla. Es una especie coreográfica europea que se encuentra en Chiloé. Es una danza de difusión e influencia regional, bailada con poca frecuencia o en lugares apartados.

Chiloé es el paraíso de las artesanías y artesanos, pues la producción manual fue la manera de fabricar los objetos necesarios para la vida cotidiana. Es así como tenemos: cestería, utensilios para el hogar y decoraciones en piedra (cancagua), madera y tejidos en lana, etc.

Cueca chilena



E
n Chile se baila la cueca, aproximadamente desde 1824. Aunque por aquellos años su nombre era simplemente “La chilena”, muy parecida a la zamacueca, y así es mencionada incluso por Diego Portales hacia 1830.
En los salones de música (casa de canto) se ejecutaba con arpas y guitarras, y en el campo (en las chinganas, que visitaba Portales) se armaban tabladillos especiales para los bailarines, acompañados de guitarras y canto.
La existencia de nuestra cueca, con sus orígenes perdidos en el tiempo y en el espacio, se fue afincando no sólo en las populares chinganas, sino que también se tocaba y bailaba en salones de mayor alcurnia, como la Filarmónica, donde sonaba al son de arpa y vihuela, también con la presencia de Portales.
Con los años, y junto con el afianzamiento de Chile como República, se fue popularizando cada vez más. Pese a ello, en Chile no existía un baile oficial que nos representara, hasta que el 18 de septiembre de 1979, bajo el gobierno militar de la época, según Decreto N° 23, se estableció que la Cueca sea la Danza Nacional de Chile.

En casi todo el país, la cueca se canta a dos voces y se acompaña del arpa, piano, acordeón, pandereta u otro instrumento de percusión. El único instrumento que siempre está presente es la guitarra, y unas cuantas palmas para incentivar a los bailarines. Solamente en el norte se reemplaza a veces la guitarra por una banda de bronce o flautas.

La Cueca, según estudiosos, es un claro derivado del fandango, pertenece a los bailes de la tierra, y tomó de manera sucesiva los siguientes nombres: zamba, zambacueca, zamacueca, cueca chilena y Chilena.
Algunos folcloristas dan una explicación de tipo zoomórfica al origen y al nombre de la danza, derivándolo de "clueca", creyendo ver en nuestro baile una imitación de los movimientos de una polla requerida por el gallo. El baile del hombre equivaldría a la rueda y al entusiasmo que pone el gallo en su lucha amorosa y explicaría, además, el aire defensivo de la polla, que se ve en la dama.

Desde mucho tiempo se ha dado por aceptado que la cueca nace en Lima (Perú). No obstante, la duda persiste. Peruanos y chilenos se preguntan: ¿Es peruana o es chilena?. Pues, debido a la abundancia de referencias, no se ha llegado a nada concreto

4 comentarios:

  1. ver este articulo, da como risa y melancolia. com mi compañera compartimos y comensamos a cantar cansiones en rapa nui y recordamos cuando en tiempos antiguos de basica, teniamos que cantar o bailar rapa nui... y solo con el sentir de comentario no de critica,, deverian cambiar el color de la letra y el porte, ya que, es muy ficil leer, tengan misericordia de los pitis.. jajaja

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  2. Muy interesante su blog,y coincido con ximena el tema trae nostalgia. Todos alguna vez bailamos pascuense!!! me parece que lo mejor de su blog son las definiciones de palabras intrumentos...

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  3. jejeje damaris por dios tu ..ke eres pitis apiadate de la xime ..jejeje ! mm... bueno tu blog esta bueno e interesante saber de los nombres de los intrumentos ! y creo que a todos les gusta saber ...de otras creencias ,costumbres y musica respecto a ellas !
    beooos las kiero mis lokas !

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  4. muy excelente blog.. rescatando.. informacion sobre nuestra cultura.. sobre nuestro floclor.. con lugares, balies y cosas tipicas.. me encanto esto.. ya que como chilenas que somos.. amamos nuestro pais.. y es importante cada dia mas.. inculcarle a la poblacion nuestro rasgos mas caracteristicos..muy bien, excelnte!
    vanessa cier y lesly muñoz

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